...La Magia es una facultad de maravillosa virtud,
abordando los más altos misterios, conteniendo
la más profunda contemplación de las cosas secretas...

sábado, 24 de diciembre de 2011

¡Felices Fiestas!


¡El equipo del "Cuaderno Crepuscular" os desea Felices Fiestas!

domingo, 18 de diciembre de 2011

¿Seguidos por cambiaformas?

Como comprobamos la semana pasada, los páramos son un lugar en el que es fácil perderse debido a la continua presencia de céspedes engañosos durante el día y de fuegos fatuos por la noche. Además, nos hemos topado con diversos animales con extrañas conductas, entre ellos un caballo y una cabra sospechosos que han estado apareciendo y desapareciendo de forma inesperada durante los últimos días.

Creemos que algún tipo de cambiaformas podría estar siguiéndonos.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Caminando en círculos

Hace una semana que dejamos atrás la aldea en dirección a los páramos y no entendemos cómo, tras meses de viaje estudiando diferentes tipos de criaturas mágicas, hemos caído en la trampa de los céspedes engañosos de esta manera.

Recordad mirar siempre por dónde pisáis, y si estáis desorientados, ¡no olvidéis dar la vuelta a vuestro calcetines!


jueves, 1 de diciembre de 2011

El Señor de la Colina

Gracias a la ayuda de nuestros nuevos amigos gnomos, pudimos localizar la colina hueca donde presumiblemente las hadas tenían al bebé.

Según nuestras fuentes, quemando espinos sobre una colina de las hadas, éstas se ven obligadas a liberar a los niños robados, de modo que, tras estudiar detenidamente la zona durante la última semana, y equipados con toda clase de medidas de protección contra las hadas, anoche nos dirigimos a la colina.

El el mismo momento en que el humo empezaba a ascender desde las llamas, sin saber cómo, una extraña comitiva de criaturas de diferente aspecto, forma y tamaño, apareció ante nosotros, liderada por la regia figura del que debía ser el Señor de la Colina, que tras dedicarnos una mirada llena de desdén desapareció junto a todos sus acompañantes, dejando tras de si un revoltoso bulto envuelto en telas. Con la esperanza de no desatar la ira de las hadas sobre el pueblo, dejamos en la colina una ofrenda de miel, leche y pan en su lugar.

El niño vuelve a estar en el pueblo, a salvo con su madre. El problema ahora será conseguir que vuelva a probar la comida humana.