Llevamos más de dos semanas estancados en la aldea sin apenas poder salir de la posada debido al mal tiempo. A excepción del duende doméstico que habita en la taberna y que roba galletas cada noche, no hemos hemos podido estudiar otros casos de actividad paranormal... hasta esta tarde.
Una mujer ha irrumpido llorando desesperada en la posada preguntando por nosotros. Llevaba en brazos lo que parecía ser un bebé envuelto en una manta. Pero no lo era.
Las hadas se han llevado a su hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario