¡Feliz Noche de los Difuntos!

¡El equipo del Cuaderno Crepuscular os desea una terrorífica noche de los muertos!

24 de Octubre

Anoche llegamos a una pequeña aldea en el linde del bosque.

Nos hemos hospedado en la única posada del pueblo. Se trata también de la única taberna y tienda del lugar, por lo que en nuestra presencia no ha pasado inadvertida. La expectación ha sido general, ya que raramente llegan forasteros al lugar.

En cualquier caso, la gente parece amable y, después de varias semanas caminando entre árboles y maleza, no nos vendrá mal poder pasar la noche bajo techo y disfrutar de la compañía de otros seres humanos... Aunque parece que éstos no son los únicos moradores de la aldea.

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Tyrannofata sp.

Esta mañana hemos oído algo similar a gritos, como si algo o alguien pidiera auxilio.

Al llegar al lugar del cual provenían, era demasiado tarde. El macabro escenario nos ha dejado petrificados. Una criatura apenas reconocible yacía en el suelo, su sangre derramada en el lecho del bosque. Dos seres alados abandonaban silenciosamente la escena, dejando tras de sí a su víctima.

Según parece una colonia de estas hadas vive en una zona cercana poblada por arbustos de datura.

Hemos decidido llamarlas Tyrannofatas.

Probablemente no sea aconsejable acercarnos a ellas.

Miradas en la oscuridad

Avanza el otoño y seguimos nuestro camino a través de la espesura, que se transforma con cada día que pasa. De la noche a la mañana aparecen setas donde el día anterior no había nada, y el riesgo de caer presas de un corro de hadas es cada vez mayor.

A medida que algunos animales, plantas y otras criaturas desaparecen, otras ocupan su lugar en el cambio de estación. Llevamos noches observándolas entre la maleza. Pequeños puntos y manchas refulgentes en la oscuridad.

Anoche tomamos esta instatánea:

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